Según informa el sector Ferroviario de CCOO, dicha segregación solo está pendiente de la autorización de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos.

Esta medida, que el Gobierno tenía previsto aprobar el pasado mes de julio, fue aplazada tras el accidente ferroviario de Santiago de Compostela del pasado 24 de julio.

El Consejo de Administración de Renfe aprobó el pasado 20 de junio iniciar este proceso de segregación en cuatro sociedades, que se dedicarán a Viajeros, Talleres, Mercancías y Alquiler y Venta de Material.

La deuda de unos 5.000 millones de Renfe se dividirá entre las cuatro sociedades. La de viajeros será la que se quedará con una mayor parte, ya que sus activos serán los trenes, elementos que generan gran parte de la deuda.

Por su parte, la división de Alquiler y venta se quedará con los trenes excedentarios de Renfe y tratará de sacarles rendimiento ofreciéndolos a operadores de todo el mundo.

CCOO rechaza este proceso porque se trata de “una segregación que se apoya en las previsiones de prosperidad de las nuevas sociedades hechas en su momento y que no responden a ninguna realidad contrastada”.

Además, considera que es una actuación para “no asumir el fracaso que ha supuesto el hundimiento del negocio de mercancías, así como el fracaso de la liberalización de este tráfico en 2006, que ha pasado de ingresar 370 millones de euros en 2007 a ingresar 177 millones en 2012”.

En el área de viajeros, el sindicato denuncia que Renfe quiere “desprenderse de la responsabilidad para que la asuma la iniciativa privada, que es el objetivo final de la segregación en Sociedades Anónimas”.

Por ello, CCOO va a poner en marcha acciones para concienciar a trabajadores y usuarios del tren del “peligro que entraña la política injustificada del gobierno respecto al ferrocarril público”.