En rueda de prensa, el director general de la Unidad de Negocio de Particulares, Óscar Vilda, subrayó que dentro de este plan ya se han reformado 38 tiendas y que para antes de que acabe el año fiscal (finales de marzo) esta cifra alcanzará las 93 reaperturas.

En el conjunto de los tres años en los que se desarrollará este plan se transformarán 453 puntos de venta, pero Vilda apuntó que el objetivo es que en los años siguientes se alcancen las mil tiendas que la compañía tiene en España. "Trabajaremos para que las mil tiendas estén unificadas", aseguró.

También ha abierto dos centros 'premium' de atención al cliente en Madrid y Sevilla, y en octubre estrenará uno más en Barcelona. En estos establecimientos los clientes podrán resolver cualquier duda o reparar su terminal. Éste es un servicio análogo al que habitualmente se realiza de forma telefónica, pero "personalizado y 'cara a cara".

En el futuro, la operadora espera tener uno de estos centros en las principales capitales de provincia.

Este plan de inversión se destinará tanto a las tiendas propias como a las franquiciadas, con el objetivo de lograr esa "homogeneización del servicio". "Queremos pasar de un modelo comercial a uno de servicio", subrayó.

Esta inversión se enmarca dentro del proceso de "optimización del modelo de distribución" que está desarrollando la compañía y que tiene como objetivo que haya "menos puntos de venta, mejor ubicados y más productivos".

Vilda explicó que la operadora tenía "muchísimas pequeñas tiendas", mientras que ahora apuesta por una concentración de los puntos de venta y una mejora de su calidad.

En este sentido, la compañía ya ha acometido entre 300 y 400 reubicaciones de tiendas y se han cerrado 280 establecimientos. Asimismo, el tamaño mínimo de las tiendas ha pasado de 35 metros cuadrados a más de 70.

Con todo este plan, la compañía prevé que el número de establecimientos Vodafone en España sea de entre 1.000 y 1.100, frente a los cerca de 1.600 puntos de venta que tenía al comenzar este proceso. Además, el 99% de estos establecimientos serán franquicias o de distribuidores.

Sin embargo, Vilda aseguró que el impacto neto en empleo de este proceso es positivo, ya que la mayoría de los trabajadores son reubicados en las nuevas tiendas, que tienen una mayor demanda de plantilla.

Con estos cambios, la compañía apunta el tiempo medio de espera de los clientes en las tiendas ha pasado de entre 12 y 17 minutos a entre 6 y 10, aunque el objetivo es que se sitúe por debajo de cinco minutos.