En los pasillos del Congreso, expresó la "condena más absoluta" a un acto "puramente fascista" en el que se vivieron "imágenes que todos pensábamos que no íbamos a volver a ver ni a vivir".

Lanzó por ello una "llamada de atención" para reflexionar sobre "comportamientos fascistas que se vienen viendo" en los últimos tiempos y ante los cuales ninguna fuerza política democrática "puede tener la más mínima tolerancia o minimizar".

Se trata de actos "absolutamente despreciables" que todos los demócratas deben condenar "con la máxima energía".