“El objetivo, recuperar esta zona húmeda para el parque y eliminar este vertido tóxico que lleva aquí muchos años”, explicó González en su visita a la balsa artificial de Arganda, que lleva contaminada desde los años 90 por el vertido continuado e incontrolado de aceites usados realizado por la sociedad constituida por Aceites Ulibarri y Piqsa.

“Se trata de una balsa de aceite altamente contaminante, con 50.000 metros cúbicos que hay que extraer a través de técnicas complejas”, continuó el presidente. “La parte de arriba es más fácil de sacar porque está más líquida, pero la parte de abajo está muy condensada y tenemos que extraerlo a través de máquinas complejas y trasladarlo a donde podamos eliminar estos tóxicos”.

El propósito del proyecto es la descontaminación de la balsa y de los suelos y su integración en el entorno natural en el que se ubica, con el fin de “convertirla en una zona húmeda del Parque del Sureste, como ya existen otras, y que se incorpore de manera natural a ese parque”, concluyó.

La estimación presupuestaría inicial es de 14,5 millones de euros y dado que se trata de un proyecto innovador en la Unión Europea, la Comunidad presentó el plan a la Comisión Europea para su inclusión en el Programa Life+, que, en caso de ser admitido, financiará el 50% de lo que cuesta el proyecto. El proceso de descontaminación comenzaría en el segundo semestre de 2014 y duraría entre cinco y seis años desde entonces.