En una entrevista en Onda Cero recogida por Servimedia, Rosell aseguró que no se cree ni las previsiones del FMI ni las del Gobierno, y recordó que en 2009, cuando estalló la parte más dura de la crisis, el organismo internacional predijo crecimiento en la economía mundial.

Así, aseveró que el Fondo “a veces acierta y otras se equivoca”. “Prácticamente al 50%”, dijo el presidente de la patronal, quien añadió que “me jugaría cualquier cosa con el FMI a que el año que viene vamos a crecer”.

Por otro lado, Rosell demandó que es necesario que España siga haciendo “reformas rápidas y profundas” y que se “retome el camino de la transición”. “Nos hemos quedado un poco parados”, dijo el dirigente empresarial al recordar los “cambios profundísimos” introducidos en la sociedad española en los últimos 30 años.

Sobre la corrupción, defendió que no existiría si no hubiera economía sumergida, por lo que considera que acabar con ésta debe ser un objetivo prioritario.

En su opinión, el Ejecutivo debería atacar este tipo de economía ilegal “por la vía del convencimiento, de la presión social y también por la de la bonificación fiscal”. Sobre esta última, admitió que puede sonar un poco extraño, pero añadió que hay que “acostumbrar a la gente y que le convenga pasar de la economía sumergida a la real”.

En este sentido, afirmó que si se redujera la economía sumergida España ganaría “esos 3 ó 4 puntos de ingresos fiscales que le falta”.

Sobre la última reforma laboral, Rosell no entró a valorarla pero sostuvo que “no vamos a cambiar de un momento a otro”.

En cuanto a los modelos de contrato, se preguntó si es “justo” que “se siga premiando a unos privilegiados con contrato fijo” o si sería mejor “ayudar más a los temporales”.