Para el Comité, el proceso de transformación de las Cajas de Ahorro en Fundaciones, que se ha puesto en marcha, supone una “oportunidad estratégica” para que el Tercer Sector de Acción Social participe en ellas.

Así, el Cermi destaca que estas entidades no lucrativas tienen la capacidad de aportar innovación social, de prestar servicios, de actuar como defensor de grupos vulnerables, de garantizar valores y de “estructura mediadora” entre el individuo en su esfera privada y las instituciones de la vida pública.

En este sentido, propone una enmienda que tiene como objetivo definir mejor el ámbito de destinatarios a quienes se tienen que dedicar los fondos de la obra social de las cajas de ahorros. Así, plantea sustituir “personas necesitadas” (“expresión demasiado imprecisa e, incluso, obsoleta”) por “personas en situaciones de riesgo de exclusión social, tales como personas con dificultades de inserción laboral o personas con discapacidad”.

Asimismo, pide incluir al Tercer Sector de Acción Social en la representación de los intereses del colectivo en la Asamblea General, en la Comisión de Obra Social y en el Patronato de la Fundación Bancaria.

Otra de las propuestas del Cermi es que las Cajas de Ahorro y las Fundaciones Bancarias deben hacer público “obligatoriamente” con carácter anual, además de un informe de gobierno corporativo y sobre remuneraciones, un informe de responsabilidad social, el cual se remitirá a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, al Banco de España y al Gobierno de España.

Este informe de responsabilidad social, explica la plataforma de la discapacidad, “incluirá todas las actuaciones, procesos y decisiones que se toman en materia de responsabilidad social atendiendo los compromisos sociales, laborales, medioambientales y de derechos humanos”.

Por último, el Cermi expone lo que el Tercer Sector de Acción Social puede aportar en el ámbito de las Asambleas de las Cajas de Ahorros y en los Patronatos: una nueva visión del tratamiento de los problemas sociales y de la forma de resolverlos (innovación social); una mayor flexibilidad que el Estado para tomar iniciativas y gestionarlos; una profesionalización creciente, que aún debe aumentar, en las entidades del Tercer Sector no lucrativo; y una fuerza social ya consolidada y en crecimiento.