Según los datos facilitados este viernes por la Dirección General de la Policía, este tipo de fraudes a las compañías aéreas supera los 100 millones de euros al año.

La operación se inició tras diversas reuniones mantenidas en la Central de Europol, en las que se decidió que el 27 de junio se establecería un dispositivo en 16 países de la Unión Europea y en la que estaban implicados 37 aeropuertos. El objetivo de dicho dispositivo era localizar a decenas de personas que habían comprado billetes de avión a bajo precio. Los billetes habían sido adquiridos previamente en Internet por otros individuos que utilizaban tarjetas de crédito falsas.

El modus operandi consistía, en primer lugar, en obtener las numeraciones de tarjetas bancarias por diversos medios, desde Internet hasta los envíos a través de mensajería instantánea en los que aparecían los datos de las tarjetas. Posteriormente utilizaban las tarjetas para comprar en diversas páginas web billetes de avión electrónicos.

Una vez que los billetes eran comprados a través de la Red, eran vendidos, a veces previo encargo y otras ofertados por los propios compradores o intermediarios. Estos billetes figuraban asociados a una identidad que podía ser real o falsa, pero que permitía a los viajeros efectuar el embarque. Los billetes eran pagados en efectivo, a través de envíos de dinero o mediante transferencias bancarias a un precio sensiblemente inferior al de mercado.

La operación ha sido llevada a cabo por la UDEF Central de la Comisaría General de Policía Judicial y ha sido coordinada por agentes de la Sección de Fraudes Digitales de la Brigada de Investigación Tecnológica, de la Sección de Medios de Pago y de la Oficina Central de Europol. Han participado las comisarías de los aeropuertos de Madrid-Barajas, Barcelona-El Prat, Málaga-San Juan y Palma de Mallorca-San Joan, así como la Guardia Civil.