Rajoy hizo estas declaraciones durante una rueda de prensa en Bruselas, al término del Consejo Europeo celebrado por los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, donde se llegó a un acuerdo para intensificar la lucha contra el fraude en los países comunitarios.

En un principio, Rajoy evitó entrar en la "polémica" sobre la entrevista en la que Aznar cuestionó su gestión política pero al final acabó defendiendo su postura y asegurando que está "absolutamente convencido" de lo que hace.

"No va a encontrarme en ningún comentario ni polémica con ningún expresidente del Gobierno y menos el señor Aznar", dijo Rajoy cuando le plantearon el asunto las dos primeras veces. "Tengo por norma no comentar jamás las declaraciones de expresidentes del Gobierno y, por lo tanto, tampoco lo voy a hacer ahora".

El jefe del Ejecutivo adujo que el último año ha sido "difícil" para España en su conjunto y por eso ha tenido que adoptar medidas "dolorosas" como subir los impuestos con el fin de "corregir desequilibrios".

Señaló que, gracias a ellas, han empezado a aparecer "signos positivos" de que la senda que ha marcado el Gobierno y que se está recorriendo con las reformas estructurales es la correcta.

Como ejemplo, subrayó que los tipos de interés que el Tesoro paga por la deuda pública ha bajado del 7% al 4% en apenas un año, que la prima de riesgo ha pasado en pocos meses de 600 a menos de 300 puntos, que la inflación ha caído y acabará 2013 por debajo del 1% si el petróleo "no hace cosas raras" y que la reforma financiera ha resuelto los problemas de las cajas de ahorro.

Rajoy mantuvo una amplia sonrisa durante buena parte de la rueda de prensa, especialmente cuando comenzaron las preguntas sobre las declaraciones de José María Aznar contra su gestión. Sin embargo, al final acabó torciendo el gesto y pidiendo a los periodistas que no insistieran en el asunto porque ya había dicho "todo lo que tenía que decir".