La mera presencia de Aguirre en la Cámara Baja levantó una inusitada expectación. Políticos de numerosos partidos y medios de comunicación de toda España no querían perderse a la lideresa madrileña en la misma tribuna que mañana mismo utilizarán Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero en su enésimo careo de la legislatura.

Durante su intervención, Aguirre se mostró prudente y se limitó a defender los intereses de la Comunidad de Madrid sin entrar en mensajes que pudieran interpretarse en clave interna del PP o que motivasen comparaciones sobre la labor de oposición de Rajoy, quien esta vez no asistió al debate.

El interés se desbordó una vez concluido el punto del orden del día en el que intervenía Aguirre. Entonces, la presidenta salió del Hemiciclo rodeada de una treitena de diputados, entre ellos algunos que en público o en privado han cuestionado el liderazgo de Mariano Rajoy al frente del PP.

Junto a Aguirre se dejaron ver diputados nacionales como Gabriel Elorriaga, Carlos Aragonés, Ana Torme, María Salom, Ignacio Astarloa, Sebastián González, Cayetana Álvarez de Toledo, Eugenio Nasarre, Mario Mingo, Baudilio Tomé y Fátima Báñez, que había intervenido en el debate en nombre de su partido.

También acompañaron a Aguirre la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, y la vicepresidenta segunda de la Cámara Baja y coordinadora de Política Social del PP, Ana Pastor.

Aguirre, que llegó acompañada por personas de su equipo de confianza en la Comunidad de Madrid, como la ex consejera Gádor Ongil, bromeó con los diputados populares por el numeroso apoyo que había recibido de sus compañeros de partido a la hora de la sobremesa.