Izquierda Plural denuncia el “ataque a la ética y dignidad” que supone el “botín” de Alfredo Sáenz
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El portavoz adjunto de La Izquierda Plural en el Congreso de los Diputados, Joan Coscubiela, denunció hoy el “ataque a la ética y a la dignidad de los parados” que implica el “botín” de 88 millones de euros que se embolsará el exconsejero delegado del Banco Santander, Alfredo Sáenz, tras su renuncia.
Coscubiela se mostró escandalizado por la “puesta en escena” de salida de Sáenz del Banco Santander y exigió control social sobre las retribuciones de los directivos de empresas privadas, especialmente los bancos, que no se someten a las leyes del mercado cuando tienen dificultades y son rescatadas con dinero público antes de quebrar.
La renuncia del banquero se produjo después de que el Tribunal Supremo confirmara el pasado 19 de abril una sentencia en la que anulaba parcialmente el indulto que le había concedido el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero a Sáenz.
El Ejecutivo socialista intentaba acabar así con las consecuencias de una sentencia contra Alfredo Sáenz, de marzo de 2011, cuando el Supremo le condenó a tres meses de prisión por un delito de acusación falsa contra unos deudores de Banesto, entidad que presidió tras ser intervenida en 1993.
Coscubiela reconoció una “sensación agradable” por el hecho de que una persona condenada por denuncia falsa tenga que dejar de ejercer como banquero, pero eso no oculta la “sensación de brutal ataque a la ética y dignidad de los parados cando se sabe que se va con un botín de 88 millones de euros”
A su juicio, el argumento de que el Santander es una empresa privada no es válido y ha llegado el momento de plantearse “la limitación de sueldos de directivos de empresas privadas y públicas”.
“Si a los bancos no se les puede dejar caer” y se les rescata con dinero público cuando las reglas del mercado les pone al borde de la quiebra, “no se les pueden permitir esos salarios faltos de ética”.
El portavoz insistió en que “hay que dar la batalla ideológica” en esa línea y rechazó poner cifras concretas sobre la mesa porque lo importante es que “con seis millones de parados y una presión a la baja de los salarios, hay un diferencial cada vez mayor entre lo que cobra un trabajador precario y un directivo, lo que evidencia una gran falta de ética”.
(SERVIMEDIA)
30 Abr 2013
SGR