Tras señalar que “todo ha sido un completo fracaso, tras 20 años de especulaciones que sólo se han traducido en un proyecto que no ha tenido ni una sola realización urbanística”, achacó a “la ingenuidad de unos políticos, la desvergüenza de otros y la colaboración necesaria de legisladores, jurídicos, funcionarios varios y medios de comunicación el que unos terrenos, expropiados en su día para construir unas instalaciones ferroviarias, públicas, se fueran a convertir en un negocio inmobiliario privado”.

Espelosín, concejal del primer Gobierno municipal de Enrique Tierno Galván, narra en el citado libro “el auge, la caída y el fracaso de lo que fue un pelotazo urbanístico-inmobiliario en Madrid a costa de la expropiación de unos terrenos”.

Sin negar una legalidad “estricta y moldeable”, habló de un proceso en el que DUCH (Desarrollo Urbanístico de Chamartín SA), empresa formada por BBVA y Constructora San José, se hizo con el concurso público de RENFE para la urbanización de la zona.

Afirmó que la ganadora del concurso consiguió que se pasase de un “aprovechamiento de 187.358 metros cuadrados a un aprovechamiento neto de 1.855.521 metros cuadrados y muy poco futuro”.

“Las sucesivas negociaciones de DUCH con RENFE y la especulación que ha hecho con la edificabilidad de los terrenos, significa que DUCH, haciéndose cargo del compromiso actual con RENFE que es pagar, exclusivamente, 984 millones de canon fijo, ha ganado ya 203 millones de euros del canon fijo que se ahorra y el 100 % de los beneficios de la Operación Chamartín cuyo montante total de ejecución está valorado en 11.000 millones”, señaló.

Asimismo, Espelosín narra en el citado libro la lucha de los herederos de los antiguos expropiados que trataron, recurriendo a la ley, de participar en las plusvalías de la operación, aunque fuera en modesta proporción".

públicos, los dictámenes de abogados, las negativas de registradores de la propiedad, las sentencias de jueces y la opinión de los medios de comunicación.

El antiguo edil socialista afirmó que se convirtió “personalmente en la bestia negra de las administraciones del PP” y dijo que el entonces presidente de la Comunidad de Madrid Alberto Ruiz Gallardón llegó a afirmar en sede parlamentaria que el único problema existente para sacar adelanta la Operación Chamartín, se llamaba Jesús Espelosín, a pesar de que sólo representaba a una mínima parte de los herederos de las familias expropiadas.

A su juicio, "el suelo no urbano, es decir, el suelo que hay que urbanizar, no tiene, en ese momento, ningún valor ya".

Manifestó que "no parece factible que la Operación Chamartín vaya a mantenerse, ni siquiera en ese espacio de los grandes mitos”.