Según informó el Instituto Armado, el cadáver fue encontrado a la altura del barrio Arturo Eyries de la capital vallisoletana.

La localización de esta persona se realizó después de batir el Pisuerga, lo que permitió encontrar un rastro confirmado por los perros. Este lugar estaba a la altura de la pasarela del Museo de la Ciencia, donde fue hallado finalmente el finado.

A pesar de las condiciones adversas del río debido a la crecida y la fuerza del agua, así como a la nula visibilidad, los buzos de la Guardia Civil se sumergieron en varias ocasiones dentro del proceso de búsqueda.

Desde el 31 de marzo se han realizado varias batidas de la zona con diferentes recorridos, con resultado negativo posiblemente debido a la inmersión en las aguas del cuerpo de la víctima. A esto se suma la dificultad ya reseñada por el estado de las aguas.

Tras el hallazgo del cadáver, la autoridad judicial procedió al levantamiento del cadáver que fue trasladado a instalaciones forenses para la realización de la autopsia con el fin de confirmar su identidad.