Entre las personas que viven de forma autónoma los porcentajes de discapacidad se situarían entre el 5% y el 27%, según el grado de deficiencia visual, auditiva y de movilidad manifestadas por los encuestados, así como las dificultades para el desarrollo de una actividad laboral y en actividades como comer, asearse y hacer la compra, o la necesidad de ayuda de terceros.

Los que consideraban tener una discapacidad grave fueron poco numerosos, y tan sólo el 1% indicó que no podría seguir una conversación ni siquiera con un audífono, mientras que el 3,7% afirmó que no podía desarrollar una actividad profesional debido a un problema de salud.

Las mujeres se consideran afectadas por todos los tipos de discapacidad en mayor medida que los hombres en todos los segmentos de edad, sin embargo son menos las que perciben prestaciones por esta causa.

La edad también eleva el porcentaje de personas que consideran que tienen una discapacidad, que entre los jóvenes helvéticos se sitúa en menos del 10%, y entre los mayores, en el 50%.