El presidente del Cermi apunta a la responsabilidad del Tercer Sector para el “necesario” cambio social

MADRID
SERVIMEDIA

El presidente del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi Estatal), Luis Cayo Pérez Bueno, en su artículo ‘Crisis, sector solidario y derechos sociales’, habla de un modelo de organizaciones sociales de derechos, de incidencia política, que genere y expanda el cambio social necesario, que active a las personas y grupos ciudadanos, cuya inclusión y bienestar sociales "están negadas" o, cuando menos, "en entredicho".

Según explica, será "más apropiado y sostenible" si estas organizaciones cuentan con una capacidad movilizadora de decisiones políticas transformadoras porque requiere “de menos carga” de estructura, que un modelo de gestión de servicios, de atención directa a una pluralidad o colectividad de personas.

Así, se "aliviará, en buena medida, la necesidad de financiación expansiva que los modelos de servicios o prestacionales acarrean, que suele desembocar en dependencia de instancias ajenas al propio Tercer Sector de Acción Social".

El objetivo que persigue el presidente del Cermi es el reforzamiento de la autonomía de las organizaciones sociales frente a los poderes políticos y económicos, los cuales, indica, "perderían capacidad de influencia y de injerencia en un nuevo tipo de entidades, que no sólo serían más livianas, sino también más libres".

En su opinión, el Tercer Sector "debe ofrecer alternativas" y los movimientos sociales, por tanto, tienen un "deber de edificación cívica que multiplique los focos del poder político y económico".

En el contexto de crisis social y económica, Pérez Bueno asegura que los costes sociales de la crisis actual repercuten en el Tercer Sector de Acción Social, tanto porque son "muchas más" las necesidades sociales sin atención, debido a los recortes; como porque el Tercer Sector, como consecuencia, tiene que hacer frente a ese incremento de necesidades con menos recursos económicos.

Por ello, considera que el "agónico" estado en el que se halla la sociedad actual requiere del concurso de todas las fuerzas disidentes, que no se conforman o no se resignan a que esta situación se prolongue o perpetúe. Así, manifiesta que entre esas fuerzas, están los movimientos sociales que, organizados en organizaciones y entidades, llegan a tener un “cierto” poder en la inestabilidad de la vida social.

"Ese poder ha de ponerse al servicio de una reconstrucción de la sociedad civil y ha de preservar y expandir el espacio de lo social, entendido en el sentido del lugar de la vida en comunidad, en el que los valores de la inclusión y la cohesión tienen un grado de vigencia aceptable", expone.

(SERVIMEDIA)
27 Mar 2013
RBA/gja