Se trata de una residencia con centro de día en la localidad de Arévalo y otra, del mismo tipo, en el municipio de Viñuelas.

“El Gobierno regional está comprometido con la atención de los madrileños, y, de manera especial, con aquellos que tienen algún tipo de discapacidad”, afirmó.

La financiación de dichas plazas se enmarca en la prórroga correspondiente a 2013 de dos convenios firmados en 1990, que permitían la atención a ciudadanos madrileños en centros situados en otras comunidades donde residan sus familiares, como es el caso de las residencias en las dos localidades castellanas.

Tanto la Residencia y Centro de Día Benita Gil (Viñuelas) como la Residencia y Centro de Día Santa Teresa de Arévalo están dirigidas a personas gravemente afectadas con o sin trastornos psíquicos asociados; madrileños con discapacidad intelectual severa con trastornos neuromotores o sensitivos graves; con discapacidad intelectual severa con trastornos psíquicos asociados y personas gravemente afectadas con o sin alteraciones neuromotoras o sensitivas.

Dichos centros cuentan con un completo programa de servicios que incluye desde la manutención, alojamiento y cuidado personal de los usuarios, hasta tratamientos rehabilitadores, terapia ocupacional y traslado a los centros sanitarios, entre otros.

Asimismo y en casos que así lo requieran, se provee de vestido y calzado a las personas usuarias que se encuentren en situación de abandono y que no tengan recursos propios para cumplir tal necesidad.