Payá hizo estas declaraciones a Servimedia al hilo de las que hizo en una entrevista en 'The Washington Post' el militante de Nuevas Generaciones Ángel Carromero, condenado en Cuba por homicidio imprudente por conducir el vehículo en el que viajaban Osvaldo y otro disidente cubano, Harold Cepero, en el presunto accidente de tráfico en que fallecieron.

Carromero afirmó en la citada entrevista que, a diferencia de lo que él declaró en el juicio en Cuba y lo que dio por bueno el Gobierno español para lograr su traslado a España para cumplir la condena, el accidente no fue tal sino que el coche que él conducía fue embestido por otro vehículo, supuestamente conducido por algún agente del régimen cubano contra el que combatían Payá y Cepero.

Para el portavoz del Movimiento Cristiano Liberación, lo que ha revelado Carromero es "un testimonio fundamental", pero sólo ha confirmado lo que la familia de Osvaldo Payá ya conocía por otros testimonios y viene defendiendo desde el mismo mes de julio de 2012 en que se produjo su muerte.

En cambio, no le merece ningún valor la confesión que hizo el militante de Nuevas Generaciones en Cuba, dada oficialmente por buena por el Gobierno español, y en este sentido se preguntó cuál puede tener la que hizo "un rehén" obligado a autoinculparse.

El hermano de Osvaldo Payá explicó que en la familia se sienten "aliviados" por las declaraciones de Carromero, pero matizó que todavía queda "mucho trecho por delante" después de la "campaña de silenciamiento y descrédito" a la que se ha sometido al miembro de Nuevas Generaciones, que fue a Cuba a apoyar a los disidentes demócratas.

Payá no quiso "marcar ninguna directriz" a un Gobierno legítimo como el español, ni pedirle que se desdiga de sus "decisiones soberanas" y su "estrategia política" para repatriar a Carromero, pero recordó que su hermano tenía también la nacionalidad española.

Además, apuntó que "todas las democracias del mundo deberían apoyar la petición de una investigación internacional independiente" que reivindica la familia, porque en el supuesto accidente todavía quedan "muchos puntos oscuros" y existe el peligro de que la dictadura cubana "siga impune".