Según la doctora González García, experta en tabaquismo y miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), este hecho evidencia la importancia de las Unidades de Tabaquismo y el papel de los médicos de familia y de la medicina púbica en el control de una adicción que muchas personas se ven incapaces de superar.

La mayoría de los fumadores alegan como motivos principales para no abandonar el hábito la posible ganancia de peso tras dejar de fumar, la ansiedad o los demás síntomas del síndrome de abstinencia que aparece durante las primeras semanas de la privación de nicotina.

En España fuman 12 millones de personas, lo que equivale al 37 por ciento de la población, a pesar de lo cual, según la SEPAR, tan sólo funcionan algomás de una quincena de Unidades de Tabaquismo dependientes de la sanidad pública, que están concentradas en cinco comunidades autónomas, en concreto en Cataluña, Madrid, Andalucía, La Rioja y Zaragoza.

La doctora González García también lamentó que los medios, tanto humanos como técnicos, de muchas de estas unidades son "mínimos, cuando no precarios, y siempre insuficientes", y que las largas listas de espera retrasan el tratamiento del fumador que lo solicita hasta dos años.

Por último, la doctoa señaló que deben ser los médicos de atención primaria quienes asuman una mayor responsabilidad a la hora de informar, concienciar y alertar a la población de los riesgos del tabaco.

"Una intervención mínima, un consejo dado cuando se tiene que dar, acompañado de un folleto explicativo, es capaz por sí sólo de que el 10% de las personas que pasan por la consulta de un médico de familia dejen de fumar cada año", concluyó esta especialista.