La demanda de estos ascensores durante el año 1989 sólo alcanzó el 1 por ciento del total de los instalados, mientras que en 1990 creció hasta el 30 por ciento.

Los directivos de la empresa constructura confían en poder elevar dicha cifra hasta el 60 por ciento durante este año, dada la plena obligatoriedad de la norma que regula las nuevas dimensiones.

El decreto 556/89 de 19 de mayo aprobó los nuevos modelos de elevador, que han de contar con puertas automáticas, un ancho de 80 centímetros en las puertas y capacidad para la silla de ruedas y un acompañante.

El texto del decreto exigía la instalación del nuevo modelo para todos los edificios cuyos proyectos hayan sido aprobados con posterioridad al 23 de noviembre de 1989.

Dado que los proyectos de algunas viviendas recientemente iniciadas fueron aprobados antes de la fecha indicada por el decreto, todavía pueden instalar elevadores no aptos para personas con dificultades de movilidad.