Una de las profesoras, encargada de vigilar a los pequeños durante el recreo, observó cómo algunos de ellos habían extraido las bolsitas de veneno de las rejillas y al comprobar lo ocurrido descubrió que alguno de los envases estaba abierto.

Ante esta posibilidad y por la peligrosidad de producto, la dirección del colegio en coordinación con la asociación de padres del centro, acordó que la medida más responsable era avisar al grupo de toxicología municipal para actuar convenientemente.

De acuerdo con la directrices de los responsables de toxicología, la dirección del centro se puso en contacto con el Hospital de Mostoles, donde un total de 30 niños tuvieron que ser reconocidos sanitariamente, según informaron fuentes del centro educativo.

Los posibles intoxicados fueron sometids a un tratamiento mediante el cual se les realizaron lavados gástricos, varios analisis de sangre, y se les administró vitamina K. Tras el tratamiento los 30 alumnos presentaban un estado clínico normal.

El director del colegio "Antonio Hernández" de Móstoles subrayó que la intoxicación no está demostrada, "pero ante la posibilidad de que los niños probaran el raticida, creo que la postura del centro ha sido la más responsable", según Villalobos.

Los afectados que no han necesitado hospitalizacin continuarán en observación hasta mañana, sábado, y sí su estado clínico sigue siendo normal, tendrán que pasar una revisión por los centros de salud de la localidad.