Así lo presentó en su comparecencia a petición propia ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados, para informar de las gestiones que llevó a término su departamento para conseguir el traslado de Carromero desde Cuba a España en virtud del Convenio de Ejecución de Sentencias Judiciales firmado por amos países en 1998. También habló brevemente de la pasada cumbre UE-Celac.

Margallo relató los hechos y las intermediaciones del Ministerio desde el "accidente" (así lo denominó en todo momento) del 22 de julio, en el que murieron los disidentes cubanos Oswaldo Payá y Harold Cepero, y por el que Carromero fue condenado a cuatro años de prisión por "homicidio imprudente".

Aclaró que las gestiones que se hicieron por Carromero se hicieron de la misma manera con otros ciudadanos españoles como el periodista Martínez Ferraté y Miguel Vives, condenado a 19 años y que tras pasar dos en Cuba regresó a España con Carromero y negó que haya habido contraprestaciones políticas por la repatriación.

Asi, el ministro afirmó que Cuba le pidió que impulsara una reforma de la Posición Común de la UE como contrapartida a la repatriación de Carromero y que él se negó. Así, se atuvo a su posición desde que llegó al Ministerio y que sigue siendo compartida por le UE: que no se dan las condiciones para cambiar su Posición Común hacia Cuba y que España va a propugnar una interpretación "flexible" de la misma para avanzar hacia un acuerdo de cooperación.

POLÉMICA CON UPyD

Entre los grupos parlamentarios, el intercambio más intenso fue el que tuvo lugar con la portavoz de UPyD, Irene Lozano, quien preguntó al ministro si daba por buena la versión de los hechos expuesta por el Gobierno cubano y si pensaba reunirse para cuestionarla con la hija de Oswaldo Payá, sobre cuya muerte cree que existen "interrogantes" y "circunstancias no aclaradas" aunque, como recomendaban los mafiosos, "parezca un accidente".

Lozano añadió que para su grupo este caso no ha sido el "caso Carromero" sino el "caso Payá" y apuntó que el disidente era también ciudadano español. Finalmente, preguntó si el Gobierno está dispuesto a respaldar una investigación independiente e internacional de los hechos en vez de "dar cobertura" a la versión oficial de La Habana. Porque el PP, terminó, "hace mucho ruido en la oposición" sobre Cuba pero en el Gobierno "no hace nada".

Margallo tiró de experiencia propia para replicar que los grupos minoritarios "tienen a buscar titulares" y que "en el Gobierno no siempre se dice lo mismo que lo que se dice en la oposición". Además, reprochó a Lozano que su cabeza de lista, Rosa Díez, estuvo en el PSOE y los socialistas no siempre se comprometieron con los disidentes cubanos. Además, explicó que la protección consular española no podía extenderse a Payá pese a tener la nacionalidad de este país porque Cuba no admite la doble nacionalidad.

Por otra parte, defendió la Posición Común, sobre la que la portavoz de UPyD no le había preguntado, recalcando que su propósito es incentivar una transición democrática en Cuba, por lo que no entraría en contradicción con flexibilizar su aplicación en pos de los mismos objetivos.

Respecto a la credibilidad de la versión oficial, respondió que el memorándum firmado entre España y Cuba para el traslado de Carromero reconoce la validez del juicio y la legitimidad de la sentencia y que el propio condenado dio su asentimiento. Por ello, el ministro desafió a Lozano a que, si dudaba de su veracidad, lo denunciara en un tribunal como falsificación de un documento público por un funcionario español.

Finalmente, proclamó que el deber del Gobierno es defender a España y los españoles y que cuatro ciudadanos están esperando sentencia firme para solicitar su traslado a España, advirtiendo de que el que esto sea posible dependerá de "afirmaciones tan gratuitas" como la que a su juicio había hecho la portavoz de UPyD.

Al rechazar Lozano estas apelaciones a otra persona (Rosa Díez) y su anterior partido y que el ministro pretendiera responsabilizar a un grupo de cinco diputados del futuro de estos españoles que esperan sentencia, Margallo justificó que el Gobierno no puede decir una cosa cuando negocia la repatriación y otra cuando la ha conseguido, porque entonces la siguiente negociación será infructuosa.

OTROS GRUPOS

El ministro también polemizó con el representante del PSOE, Álex Sáez, que, aun aprobando las gestiones del Ministerio para conseguir las mejores condiciones para Carromero tanto en Cuba como en su rápido traslado a España, señaló que había puesto "el listón muy alto" para otros casos similares y que no siempre había actuado con tanta eficacia. Margallo apeló al caso de Martínez Ferraté, cuya liberación se logró, dijo, en 22 días.

El diputado socialista abordó otros temas latinoamericanos achacando las nacionalizaciones de empresas españolas en Argentina y Bolivia a la virulencia de la oposición del PP contra el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y la escasa presencia del actual Gobierno en ese continente. Margallo replicó que en éste, como en otras regiones del mundo, el actual Ejecutivo estaba recuperando el "terreno perdido" por el anterior.

Desde Izquierda Plural, Joan Josep Nuet afirmó que el comportamiento de Cuba en relación al caso Carromero "ha sido exquisito" y que la Posición Común que apadrinó el expresidente José María Aznar "ha fracasado" y debe quedar "en el cajón de la Historia". El portavoz del PP, Teófilo de Luis, contestó que lo que ha fracasado ha sido la Revolución cubana.