En la comparecencia ante el pleno del Congreso de los Diputados de la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, Xuclà sentenció que el secuestro del "Alakrana" se podría haber gestionado "mejor", porque en algunos ámbitos "las cosas se han hecho bastante mal".

De forma "preventiva" ante la evolución que pueda tener el debate, Xuclà precisó desde el comienzo de su intervención que los parlamentarios de CiU son "amigos del estado de derecho y enemigos de los piratas", y reconoció también que algo así le puede pasar "a cualquier Gobierno", como de hecho ha pasado.

Sin embargo, denunció que la ministra de Defensa se mostró desde el comienzo "desbordada y poco eficaz", mientras que la coordinadora de la célula de crisis, la propia vicepresidenta, viajaba a Argentina. Pese a ser consciente de la importancia de esa visita, Xuclà sentenció que debería haber "ponderado" las prioridades y "haberse quedado en el puesto de mando".

Criticó además el "ruido dentro del Gobierno", con declaraciones y "mentiras, tal vez mentiras no queridas" como cuando la ministra de Defensa dijo que se conocía la posición exacta de los marineros supuestamente desembarcados. O "mintió sin parpadear" o "improvisó", y si fue lo primero, quizá fue porque a su vez lo hicieron los servicios secretos.

Subrayó además que el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, "no negó la mayor" cuando dijo que España como país no había pagado ningún rescate, y avanzó que ese tipo de preguntas serán planteadas por CiU en la comisión de secretos oficiales.

La conclusión principal, en opinión de CiU, es que es necesario aprender de lo ocurrido, porque la ministra de Defensa tiene que estar "en el corazón del Estado" de forma permanente, pero no puede hacerlo si se comporta "obsesionada por la actuación cara a la galería". "Le domina la fotografía y la apariencia", denunció.