En una nota de prensa, Eroski explica que tras la información difundida por la OCU el 29 de enero en la que se afirmaba la presencia de ADN de equino en esas hamburguesas, las retiró de la venta como medida de precaución.

Además, inició la investigación sobre su trazabilidad en colaboración con su fabricante Carnes Selectas, filial de Campofrío.

Por ello, encargó al laboratorio Xenotechs, asociado a la Universidad de Santiago de Compostela y al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que recogiera diversos lotes aleatorios de estas hamburguesas y emitiera un informe de análisis.

El resultado de estos análisis, conocido el 1 de febrero, certifica, según Eroski, que no hay presencia de ADN de caballo en la composición de las hamburguesas.

Además, Carnes Selectas, ha introducido cambios en la producción de hamburguesas que permitan una comprobación más rápida ante este tipo de situaciones.

Por lo tanto, defiende que “el etiquetado refleja fielmente las características del producto y esto significa que no ha habido ningún tipo de fraude o falta de información al consumidor”.

“En todo momento, Eroski ha cumplido con la normativa alimentaria y de etiquetado vigente, y en ningún caso ha estado en riesgo la seguridad de los consumidores de este producto”, concluye.