En rueda de prensa este viernes, Escudero destacó que a la guerra en Mali “se suma una grave crisis alimentaria” que desde 2012 arrastra toda la región del Sahel, cuya consecuencia es que 660.000 pequeños están en riesgo por desnutrición aguda en este país.

De ahí la petición de Unicef para que los suministros médicos y el acceso al tratamiento contra la desnutrición llegue a todo el país, también a los campos de refugiados y a las regiones del norte que controlan los islamistas.

Junto a este peligro, Escudero se refirió a la gran cantidad de menores no acompañados que han sido desplazados por la guerra y que viajan solos en Mali.

Esto les hace “muy vulnerables al reclutamiento como niños soldado por parte de los grupos armados”, fenómeno del que ya se han dado casos, alertó Escudero.

El tercer “gran riesgo para los niños” es el que tiene que ver con la destrucción de escuelas y hospitales, motivo por el que la directora de Unicef pidió a ejército y grupos armados que “estas instlaciones civiles no sean blanco de los ataques”.