Según informó este martes la Organización Nacional de Ciegos Españoles, la ilustración se enmarca dentro de la serie de 12 cupones dedicados a algunas de las estaciones pertenecientes a la Asociación Turística de Estaciones de Esquí y Montaña (Atudem).

Gracias a esta iniciativa, un total de cinco millones de cupones llevarán por toda España la imagen de Madrid SnowZone, una pista cubierta en la que es posible esquiar durante todo el año.

Madrid SnowZone dispone de una pista principal, para expertos, con una longitud de 250 metros y 55 metros de ancho y un desnivel mayor al 25%, y de otra para principiantes, de 100 metros de largo y 40 de ancho, con una inclinación menor.

EL GUÍA, ÚNICA PARTICULARIDAD

La ONCE considera que el deporte, en este caso el esquí, es una herramienta favorable a la integración de las personas ciegas o con otras discapacidades, por lo que fomenta su práctica entre sus afiliados y sus guías.

Porque, explica la ONCE, el esquiador ciego o con deficiencia visual no es diferente a otro esquiador. La única particularidad es que presenta una deficiencia sensorial, por lo que debe ir acompañado de un guía, que se convierte en una figura "imprescindible" para él.

Este guía siempre va delante del esquiador con discapacidad visual y suele utilizar un intercomunicador inalámbrico para comunicarse con él y darle sus instrucciones.

Al igual que en otros deportes, las personas ciegas (categoría B1), las que tienen bajo resto visual (B2) y aquellas que poseen un gran resto visual (B3) compiten en una misma categoría con la diferencia de que se aplica un coeficiente corrector al tiempo real conseguido, según la categoría.