Rivero (Unesa) coincide con la CNE en la necesidad de subir la tarifa en 2010

MADRID
SERVIMEDIA

El presidente de la patronal de la industria eléctrica (Unesa), Pedro Rivero, comparte con la Comisión Nacional de la Energía (CNE) el convencimiento de que es necesario elevar la tarifa de la luz, hasta un 17,9% en 2010, para evitar que el déficit tarifario (la diferencia entre los costes de producción y lo que se paga por la energía) se eleve por encima de los límites marcados.

En declaraciones a la prensa, tras participar en una jornada sobre “Entorno económico y horizonte energético” organizada por el Club Español de la Energía, Rivero admitió que “coincido con la CNE, o ella conmigo” al juzgar imprescindible subir la tarifa.

Según los datos de la patronal eléctrica, el déficit de tarifa eléctrica cerrará el ejercicio por encima de los 4.000 millones de euros, frente al límite de 3.500 millones fijado por el Gobierno dentro de su plan para acabar con este problema en 3013. Por ello, para Unesa, es preciso subir el recibo de la luz.

De hecho, según Rivero, el principal problema al que se enfrentará el sector energético en el futuro es el económico (competitividad, precios y costes), no el de reservas. “El planeta desaparecerá por otras razones, pero no por falta de energía”, dijo, siempre y cuando “seamos capaces de avanzar en tecnología y ciencia”.

Por ello, apostó por la apertura de mercado y se posicionó en contra de una tarifa artificialmente baja que haga que “el precio no esté dando la señal adecuada en el mercado”.

“Es imprescindible, para eso, que las regulación y las interconexiones funcionen”, añadió, ya que “no pueden darse las asimetrías que hoy se dan en Europa”. En este sentido, abogó por las interconexiones y confió en que la próxima presidencia española de la Unión Europea presione en este ámbito, para que España deje de ser una “isla energética”.

INVERSIONES

En su intervención Pedro Rivero admitió que la crisis ha creado un “horizonte claramente incierto” para la energía. “Cualquiera sabe cómo se saldrá de la crisis”, consideró.

Una incertidumbre con consecuencias en el sector energético español, en el que “la crisis ha retrasado los planes no menos de cuatro o cinco años. Todo lo que se pensaba que había que hacer, se ha retrasado. El primer efecto de la crisis es que ha provocado un parón” de inversiones, especialmente de todas aquellas que no se habían iniciado y, por la crisis, no se iniciarán (en renovables, ciclos combinados, etcétera).

Aludió, asimismo, a la caída de la demanda energética, del 10% con respecto a los niveles anteriores a la crisis, ya que “hemos pasado de crecer al 5% a decrecer casi un 5%”.

Rivero reconoció que la crisis ha tenido algunos efectos positivos, como la reducción de las emisiones de CO2. “Durante cuatro o cinco años se va a emitir mucho menos CO2 del que se hubiera emitido sin la crisis, con una demanda creciente”, puntualizó. Además de este “ahorro forzoso de CO2, como consecuencia de la crisis”, otra consecuencia positiva de la difícil coyuntura económica es la creciente sostenibilidad del sistema eléctrico. “El horizonte va a un sistema energético sostenible”, es decir, “renovable”.

A su juicio, la energía nuclear es, “de las tecnologías actuales, la que parece que va mejor orientada”. En este sentido, auguró que, en un plazo de 20-40 años, habrá solventado sus grandes problemas: el combustible y los residuos. De hecho, la reutilización de los residuos hará que pase a ser una energía “nuclear a la vez que renovable”, capaz de no contaminar.

Finalmente, Rivero consideró que la crisis económica hará muy difícil el cumplimiento de los objetivos marcados para 2020, que no podrán seguirse manteniendo “como si no hubiera pasado nada”. “Algo ha pasado, y no estaba previsto en Kioto. Copenhague, por ello, tendrá unas características distintas, porque la situación también es distinta”, concluyó.

(SERVIMEDIA)
23 Nov 2009
CCB/jrv