En una entrevista con Servimedia después de "consumarse la finiquitación del sistema financiero valenciano", Puig alertó de que Bankia tiene "una gran responsabilidad" ante esa comunidad, "y el Frob también".

"Esto no se puede tratar simplemente como una cuestión casi de burocracia ordinaria", alertó, sino que una entidad que recibirá "tantos recursos públicos" como Bankia "tendrá que tener algún tipo de comportamiento razonable en cuanto a los trabajadores y a la propia cuestión territorial".

Puig recordó que en 1995, cuando los socialistas llegaron al gobierno autonómico, la Comunidad Valenciana tenía la tercera y la cuarta cajas del país, y un banco muy enraizado en la región.

Pero el PP "cambió la ley de cajas" y la Generalitat "pasó a tener prácticamente el control absoluto", no es que se politizaran las cajas, denunció, sino que en el caso de las valencianas "se partidizaron" y con ello "se inició un tránsito que nos ha llevado a esta situación".

Según su análisis, en aquel momento "se pusieron las cajas al servicio de un proyecto político y económico, de aventuras, grandes proyectos sin ningún tipo de control económico" y muy centrados demás en el sector inmobiliario.

Por ello, cree que "el hundimiento de las cajas es el reflejo más claro del fracaso de un proyecto político y económico para la Comunidad Valenciana".

Pasados 17 años, el sistema financiero autonómico está "liquidado", la renta per cápita es 17 puntos inferior a la media estatal, el paro es cuatro puntos superior, el fracaso escolar roza el 40%, y está a la cola en asistencia a la dependencia o en camas de hospital por habitante.

Todo ello, sentenció, tiene "consecuencias directas" en los ciudadanos, y en el caso de los bancos y cajas, las tiene sobre los inversores, los trabajadores, y sobre todo el tejido empresarial de la región.