En su comparecencia ante la Comisión Mixta del Congreso de los Diputados y el Senado, Méndez de Vigo comprendió, no obstante, la cercanía de Van Rompuy a la posición de los países contribuyentes netos porque de éstos es de quien depende en última instancia el acuerdo. Y triunfará porque es la de "los países que más pesan".

Así las cosas, el secretario de Estado dijo que en la negociación tratará de que se destine una partida importante para el fomento del empleo y en especial del empleo joven, que sería importante para España y sí espera que se traduzca en el acuerdo final. También confía en el apoyo de otros países como Francia e Italia partidarios de que el impulso al crecimiento vaya aparejado a la austeridad.

Sin embargo, dio por hecho que la UE impondrá el ajuste presupuestario simultáneo al que ya están realizando los estados, cuando en su opinión la UE debería compensar los recortes estatales y tener “un efecto multiplicador” en las épocas en que los países tienen problemas internos.

En esta línea, las regiones que van a superar el 75% del PIB medio de la UE en este sexenio (Andalucía, Castilla La –Mancha y Galicia entre ellas) percibirán sólo un mínimo del 57% de lo que recibían hasta ahora, en lugar del 66% que pedía España y del 63% que propuso la presidencia de turno de Chipre. Igualmente, los países sólo podrán recibir un máximo del 55% de lo que han percibido en el sexenio anterior.

En conjunto, según la propuesta de Van Rompuy el presupuesto de cohesión se reducirá un 12,7%., y el dedicado a la agricultura un 13,4%, dos partidas que reduce por segunda vez cuando ya las habría recortado la anterior propuesta de la Comisión Europea.

Méndez de Vigo quiso combatir la idea cada vez más generalizada de que estas partidas, que aglutinan el 70% del presupuesto de la UE, sean "viejas" políticas de subvención. El texto del presidente del Consejo tampoco recoge otras prioridades de España como las ayudas a Ceuta y Melilla ni concede la cuantía que reclamaba España para las regiones ultraperiféricas.

MENSAJE DE CONTABLE

Pese a que no le parece una propuesta “equitativa” y que en su opinión la UE no debe mandar un mensaje de contable sino político, Méndez de Vigo anunció que negociará con espíritu constructivo y abierto. Para esa negociación agradeció el apoyo de los portavoces de los grupos parlamentarios, que en general coincidieron con su planteamiento.

Desde el PSOE, Juan Moscoso lamentó que el presupuesto de la UE sea 45 veces inferior a la suma de los presupuestos estatales de los países miembros y que no contenga medidas anticíclicas ni promueva el crecimiento y el empleo. Irene Lozano, en nombre de UPyD, calificó la propuesta de Van Rompuy de “endiablada” y advirtió de que, ante el “desdén” de los contribuyentes netos por “tirar del carro”, la UE podría desandar los avances de las últimas décadas.

Eva Parera (CiU), Joan Sabaté (Entesa Catalana de Progrès) e Iñaki Anasagasti (PNV) criticaron el excesivo e inequitativo recorte de presupuesto, que prevalezcan los intereses de los países sobre los comunitarios y que Van Rompuy no haya sabido conciliar los del norte con los del sur de Europa y se haya puesto del lado de los primeros.

Desde el PP, Rubén Moreno introdujo un matiz positivo al recordar que, en cambio, la partida destinada a conectar Europa con vías de transporte, que incluye entre otros proyectos el Corredor Mediterráneo, experimenta según la propuesta del Consejo Europeo un crecimiento superior al 200%.