Espinosa de los Monteros indicó que ésta es la primera tarea que ha de emprender la recuperación de la imagen española, en la presentación del libro conjunto 'Retos de nuestra acción exterior: Diplomacia Pública y Marca España', editado por la Escuela Diplomática y que se presentó hoy en la sede de la institución.

El Alto Comisionado, que ha redactado el prólogo de la publicación, se declaró, empero, "más que autor, beneficiario" de la misma, que describió como "una pequeña biblia de lo que es la diplomacia pública y lo que debe ser la Marca España". Habiéndolo leído, bromeó: "Ya sé todo lo que tengo que hacer". Luego añadió que su intención es desempeñar el puesto de manera integradora, aceptando contribuciones varias, y con mejoras progresivas, sin grandes revoluciones.

Espinosa de los Monteros reconoció que no todo el mundo entiende de la misma manera la 'Marca España', que es algo más amplio y por lo tanto más inconcreto que un eslogan o un símbolo, y que se ha de construir entre todos, para tratar de moldear la percepción que se tiene del país dentro y fuera de nuestras fronteras.

IMAGEN SECULAR

En este sentido, comentó la paradoja de que en el extranjero la imagen de España "no se ha deteriorado mucho", porque lleva siglos construyéndose y los estereotipos, "para bien y para mal", se mantienen. Según explicó, los factores coyunturales como la crisis económica sólo acaban calando y modelando la imagen país si se mantienen durante mucho tiempo.

En cambio, en el interior del país sí se ha perdido mucha autoestima, por lo que uno de los mensajes que va a tratar de transmitir es que se ha de recuperarla, y valorar todos los logros estables, estructurales, que ha conseguido España en las últimas décadas.

A su juicio, este paso es imprescindible, porque ningún programa de promoción nacional ha tenido éxito en el exterior sin antes fortalecer la imagen en el interior, pero los gobiernos españoles "no se han preocupado" de hacerlo, dejando expedito el camino para que otros actores del competitivo mundo actual la denigren.

Pese a todo, apuntó, la imagen de España en otros países es mejor que la propia autoconcepción de los españoles, si bien la primera destaca sobre todo "características blandas" como las relativas al ocio y a la simpatía, más que otras como la eficacia. Aun así, Rafael Rubio, uno de los coordinadores del libro, apostó por aprovechar los estereotipos, sólo que orientándolos a construir la imagen nueva del país que se pretende forjar.