Afganistán. Un oficial español a otro afgano: “es la última vez que pasa esto, nos jugamos la vida”

- Los militares españoles dan los últimos retoques a la preparación de las tropas afganas

MOQUR (AFGANISTÁN)
SERVIMEDIA

Los militares españoles que se encargan de instruir al Ejército Afgano (ANA) dan estos días los últimos retoques a la preparación de los oficiales, con patrullas conjuntas sobre el terreno en las que a veces algo se tuerce y es necesario adoptar un tono enérgico para corregir deficiencias que no deben repetirse. “Es la última vez que pasa esto, nos jugamos mucho, nos jugamos la vida, que sea la última vez”, señaló con tono firme el comandante Alberto Fajardo, jefe de uno de los equipos de instrucción al ANA.

Su interlocutor era el teniente coronel Said Mirza Sha Amiry, jefe de operaciones del batallón del Ejército Afgano que actúa en la zona de Moqur, al noreste de la provincia de Badghis. El origen de la reprimenda fue un error en el despliegue de los efectivos afganos debido a un problema de enlace. Las tropas del ANA que iban en vanguardia pusieron su transmisor una frecuencia equivocada.

“Un día nos van a pegar un tiro por eso, nos la jugamos, si hay que cambiar al oficial de transmisiones se cambia”, le dijo Fajardo, con la ayuda de un intérprete, al teniente coronel afgano, al que las tropas españolas llaman cariñosamente “Don Pimpón”.

TRASPASO DEL LIDERAZGO

Este afán por pulir hasta el detalle la organización de las tropas afganas se enmarca en el proceso que se vive en la actualidad en Afganistán: el contingente español ha comenzado ya a traspasar el liderazgo sobre la seguridad de la provincia de Badghis a las fuerzas afganas. Este cambio supone que a partir de ahora, en vez de realizar patrullas codo con codo con los afganos y de poner el acento en la instrucción, los militares españoles se limitarán al asesoramiento y al apoyo puntual.

Subsanado el error de enlace de las tropas del ANA, la patrulla de presencia continuó su curso y se internó en la aldea de Zargar, donde los militares de ambos países se reunieron con el consejo de ancianos de la población. Uno de mayores se quejó de que, cuando las tropas de la coalición internacional abandonen el país a finales de 2014, el ANA no contará con helicópteros y aviones, dos de los principales elementos disuasorios contra la insurgencia.

BOMBAS CASERAS

Y es que una de las cuestiones que se plantea una y otra vez es la de si las tropas afganas estarán plenamente preparadas para el 31 de diciembre de 2014, fecha en la que las últimas fuerzas de la coalición internacional abandonarán el país. Los principales deberes pendientes del ANA son el apoyo aéreo –tienen dificultades para reclutar a pilotos y escasos aviones y helicópteros-, el soporte sanitario en combate y la desactivación de explosivos.

La patrulla a pie realizada esta mañana continuó su curso hasta el río Moqur. Antes de vadearlo, las unidades se detuvieron a la espera de que una avanzadilla de ingenieros del Ejército afgano sondease el terreno con detectores de metales. El comandante Fajardo explicó que el análisis histórico que se realiza sobre la colocación de dispositivos explosivos improvisados –conocidos como IED- señala que el vado del río es un lugar elegido habitualmente por la insurgencia para esconder estas trampas. De hecho, en ese lugar murieron dos miembros del ANA en marzo pasado cuando su vehículo pisó uno de estos IED.

ABASTECIMIENTO DE EXPLOSIVOS

La insurgencia de la zona de Badghis se abastece de explosivos a través de las fronteras con Irán y Tayikistán y los traslada hasta lugares “santuario”, normalmente rodeados por aldeas amigas que les avisan ante la presencia de tropas de la coalición, para preparar sus bombas caseras. Alguna que otra vez uno de estos inestables polvorines hace explosión, matando en el acto a los que se encuentran alrededor.

Tras comprobar que no había ningún artefacto explosivo escondido, las unidades españolas y afganas retomaron la marcha y, tras pasar por la aldea de Nurhil, pasaron al lado del colegio que se construyó con dinero de los familiares de las víctimas de la catástrofe del Yakolev-42 en las cercanías de la base avanzada que el contingente de España tiene en Moqur.

DEMOSTRACIÓN DE FUERZA

Tras la patrulla, ya al atardecer, las fuerzas afganas realizaron lo que definieron como “una demostración de fuerza”, disparando los cañones que tienen instalados en uno de los puestos de observación en los alrededores de Moqur contra posiciones sensibles. Los artilleros del ANA dispararon en primer lugar proyectiles de 122 milímetros contra una colina a un kilómetro de distancia, desde la que habían sido hostigados por la insurgencia esta misma mañana.

“La ANA tiene una capacidad militar muy superior a la insurgencia, pero el problema es la iniciativa, golpear primero es clave”, señaló el comandante Fajardo.

Posteriormente, y ya de noche, las tropas afganas utilizaron esos mismos cañones para disparar a un valle que distaba cerca de diez kilómetros varios proyectiles iluminantes. Estos proyectiles estallan en el aire con un gran fulgor y desciende lentamente con la ayuda de paracaídas, lo que sirve para detectar la presencia de insurgente durante la noche.

El capitán Pablo Torres, jefe de la base avanzada de Moqur, señaló que la insurgencia ha tratado en alguna ocasión de asaltar sin éxito los convoyes que trasladan cañones y municiones pesadas.

“ESTAMOS PREPARADOS”

El comandante Fajardo explicó que han cogido “cariño” a las tropas afganas a las que han instruido y que ahora se toman sus éxitos como propios.

“Cuando se vayan los españoles estaremos preparados”, aseguró en respuesta el teniente coronel afgano Amiry.

(SERVIMEDIA)
22 Oct 2012
DCD