Así lo recoge el manual "Buenas Prácticas en Instalaciones Deportivas", presentado hoy en una rueda de prensa en Madrid por el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, y el presidente de la FEMP, Pedro Castro.

Esta publicación recoge recomendaciones para los responsables de instalaciones deportivas en los ámbitos del mantenimiento, la accesibilidad, la seguridad, la dotación de recursos o la gestión de recursos humanos.

En el capítulo dedicado a "Mantenimiento de las instalaciones deportivas", el manual aboga por comprobar la estabilidad de porterías y canastas con frecuencia diaria y señala que "estos equipamientos deben de estar asegurados en todo momento".

"Se inspeccionarán si existen desplomes, abolladuras y fisuras que puedan comprometer la resistencia de los elementos estructurales y, dado el caso, se deberán de reparar inmediatamente", añade.

Con esta recomendación, el CSD y la FEMP pretenden evitar muertes como la de un alevín del Atlético de Madrid el pasado mes de febrero al caérsele encima un banquillo o las de niños por caídas de porterías en Girona y Murcia (2003), Sanlúcar de Barrameda (2004), Chiva (2005), Fuerteventura (2007) y Alcorcón (2008).

Lissavetzky señaló en la rueda de prensa que este manual es "un paso importante" en el buen uso de los centros deportivos, aunque añadió que "no se puede garantizar que con este libro, si se aplica, se va a avanzar de manera decidida en la seguridad en el uso de las instalaciones. Desgracias siempre ocurrirán".