Para Reyes, este compromiso debe permanecer y durar porque, según ha explicado, "es el único camino que puede cambiar el curso de los acontecimientos". En este sentido, ha incidido en la idea de que si no fortalecemos ese compromiso, aparecerá de nuevo en nosotros esa capacidad de huir de las responsabilidades.

Según ha señalado, "evadirse significa no encarar la realidad" y esto supondría "romper el sentido de la comunidad, por lo que el eje cambiaría y predominaría sólo el individuo".

El acto de clausura contó con la presencia del presidente de la Asociación Española de Fundaciones (AEF), Javier Nadal; el presidente del Consejo Directivo de los Encuentros Iberoamericanos, Jorge Villalobos; el director de la AEF, Juan Andrés García; el presidente ejecutivo de la Fundación para el Desarrollo Sostenido, Rafael Guardans.

Villalobos ha sido el encargado de ceder el testigo de la presidencia del Consejo Directivo de los Encuentros Iberoamericanos a la venezolana Luisa Mariana Pulido, primera mujer que ostenta este cargo. Pulido se ha referido a los Encuentros como "un movimiento vivo, independiente, comprometido, y que no cuenta con el control de ninguna organización".

El presidente de la AEF, Javier Nadal, ha apostado por "la reinvención en las organizaciones de la sociedad civil y la oportunidad que la crisis les aporta para hacer una reflexión interna". "La sociedad civil es fundamental y es la que tiene que levantar al resto de sectores y a las autoridades en la actualidad", manifestó.

Encuentros Iberoamericanos de la Sociedad Civil

Antonio Sáenz de Miera, doctor en Derecho; y Manuel Arango, presidente honorífico del Centro Mexicano para la Filantropía, realizaron un recorrido histórico, contemplando los aspectos políticos, sociales y económicos, a lo largo de los 20 años transcurridos desde el primer Encuentro Iberoamericano de la sociedad civil, a lo que ambos han coincidido al destacar que ha habido una evolución a mayores conocimientos y más preparación.

Sáenz de Miera ha alertado sobre el riesgo "evidente" de que la sociedad civil sea utilizada por determinadas decisiones políticas, sobre todo, en el campo de las subvenciones. Para él, en el momento en que una institución depende de las subvenciones, pierde parte de su libertad. Sin embargo, ha reconocido, al mismo tiempo que si no existe una alianza pública y privada, no hay sociedad civil.

Por otra parte, Arango ha argumentado, por el contrario, que, ante la necesidad de cambio social, la sociedad civil empieza a adquirir protagonismo y para poder hacer cambios, tiene que hacer política porque, según ha explicado, si no los cambios no se podrán dar, ya que muchos de ellos dependen de las decisiones políticas.

Según ha manifestado, la diversidad del Tercer Sector es un privilegio por conocer y ha apostado por el equilibrio social es "la riqueza", por lo que "hay que mantenerlo", para poder llegar a la creación de una sociedad "más justa". "La sociedad civil tiene todo el potencial de poder, pero hay que saber gestionarlo", concluyó.

Así lo han abordado durante una conversación mantenida en el marco de la clausura del XI Encuentro Iberoamericano de la Sociedad Civil, organizado por la AEF y patrocinado por la Fundación ONCE.