En rueda de prensa en el Congreso, Rubalcaba quiso ser prudente al valorar las cargas policiales durante la manifestación del martes en los alrededores de la Cámara.

A partir de su anterior responsabilidad como ministro del Interior, subrayó que la labor de la Policía es "dificilísima" cuando se trata de distinguir a quienes se manifiestan pacíficamente de quienes tienen "otras intenciones".

Subrayó que durante su cargo gestionó las movilizaciones y acampadas del 15-M, que duraron "muchos días y muchas noches" y siempre es complicado compaginar la garantía del orden público con el derecho de quienes se quieren manifestar.

Es difícil "armonizar" esos derechos, subrayó, pero es responsabilidad de la Policía y de quienes les dan las instrucciones, y un ministro del Interior siempre debe "pedir" a los agentes que eviten "determinado tipo de cosas".

En todo caso, Rubalcaba cree que los dirigentes políticos cometerían "un error" si se quedaran sólo en la valoración de los "problemas de orden público", pese a su importancia, y no entran en el "fondo de rechazo" que destilan los ciudadanos a la política en general.

Cree que ese descontento tiene "mucho que ver" con la crisis y con la "falta de respuestas" que perciben de los políticos, y lo atribuyó en parte a que el Gobierno "está acabando con el debate político".