Tras comparecer en el Congreso de los Diputados, insistió en que el margen de negociación entre el Gobierno y la Generalitat "es la Constitución", según la cual "una secesión no es posible".

Tampoco lo es dentro del ordenamiento europeo, explicó, de forma que si Cataluña avanzara hacia una secesión unilateral "se encontraría en ese mismo momento fuera de la Unión Europea".

Tendría que pedir la adhesión y ser admitida por unanimidad, ya que el Manifiesto de Berlín que acaban de suscribir los estados rebaja a absoluta la mayoría necesaria para modificar los tratados, con el objetivo de evitar bloqueos, pero con la excepción de las adhesiones.

Sería necesaria la unanimidad, por tanto, "y serían muchos" países los que no darían validez jurídica a una declaración de secesión unilateral por parte de Cataluña.

Margallo subrayó que la Constitución también establece que los modelos de financiación, salvo los conciertos de los territorios históricos, deben ser aprobados por decisiones "multilaterales".

Por ello, el ministro apostó por hacer una revisión "a fondo" del modelo de financiación una vez vencido, dentro de "una reforma fiscal en profundidad".

La armonización fiscal en Europa ha avanzado mucho, aseguró, los países han aprendido mucho de los defectos y las ventajas de los sistemas aplicados, y en el caso de España habrá que "dibujar el sistema completo" de obtención de recursos y de su reparto, con el objetivo de garantizar el crecimiento y el empleo, y al mismo tiempo preservar el estado del bienestar.

Es un proceso que se debe abordar "con prudencia, con reflexión" y con los datos en la mano, "huyendo de emociones" porque en política, como en casi todo, "suelen ser malas consejeras".