Según COAG, de aprobarse esta propuesta de Política Agraria Común se correrían dos graves riesgos: desmantelamiento del sistema productivo agrario y amenaza de crisis alimentaria.

Esta nueva PAC amenaza a producciones estratégicas como lácteo y otros sectores ganaderos, la remolacha azucarera, sectores hortícolas, cereales, patata, vino, etc.

En respuesta, COAG prepara un proceso de movilizaciones para el próximo otoño para exigir otro modelo de política agraria y alimentaria basado en una adecuada regulación de mercados, unos precios remunerativos al agricultor, el mantenimiento de cuotas y derechos de producción, la regulación de la cadena alimentaria, la defensa del principio de preferencia comunitaria, el control de importaciones, una política de ayudas dirigida al fomento del empleo agrario y una política de desarrollo rural que fomente la agricultura, la transformación local y la incorporación de jóvenes y mujeres.