En rueda de prensa en el Congreso de los Diputados, Rubalcaba respaldó así la propuesta de los socialistas catalanes, expresada por su primer secretario, Pere Navarro, como vía para encauzar el “profundo descontento” que se plasmó en la manifestación de la Diada.

Rubalcaba recordó que valoró aquella sentencia desde el Gobierno y aún así su reacción fue “moderadamente crítica”, y ahora, con una responsabilidad institucional que le deja mayor margen de maniobra, subraya que algunos contenidos fueron anulados porque no debían estar en un Estatuto sino en otra ley, pero no porque fueran pretensiones inconstitucionales.

Cree, por tanto, “acertada”, esa vía de recuperación de contenido para dar al Estatuto “la plenitud máxima posible”, aunque considera necesario también que el Gobierno central lo respete y que se pacte un nuevo modelo de financiación autonómica.

El sistema vigente está a punto de expirar, argumentó, y entre ese modelo y el concierto que reclama CiU, hay “infinidad de posiciones intermedias” que se pueden explorar.

Rubalcaba expresó “todo el respeto del mundo” para quienes se manifestaron en Barcelona haciendo uso de un derecho constitucional, y respondió al Gobierno que no ve en ello “ni un lío ni una algarabía” sino la expresión “de un profundo descontento, o mejor dicho, de muchos profundos descontentos”.

Todos esos “descontentos”, aseguró, aquellos con los que el PSOE puede estar más de acuerdo y otros con los que está “frontalmente en desacuerdo”, merecen la atención de los responsables políticos.

Rubalcaba alertó de que es “muy mala cosa” dejar pasar el tiempo confiando en que los problemas “se enfríen”, igual que “esconder la cabeza debajo del ala, o de expresiones no siempre afortunadas”, y abogó por “coger el toro por los cuernos”.

En este caso, cree que afrontar el problema es asumir que las relaciones entre Cataluña y España están “muy deterioradas” y recomponerlas requiere “mucho diálogo y mucha responsabilidad”, empezando por quienes gobiernan en ambos ámbitos.

En ese sentido, juzgó esencial que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, aclare si reclama diálogo al Gobierno “para convivir, o para avanzar hacia el divorcio”.

A Rajoy le reprochó que vaya a recibir a Mas después de la Diada y no lo hiciera antes, y le advirtió de que ese descontento que Cataluña ha plasmado en una manifestación está presente también en otras comunidades autónomas, algunas gobernadas por el PP y que van “a su aire”.