En declaraciones a los periodistas en los pasillos del Congreso de los Diputados, el ministro indicó que el diálogo social "está bastante condicionado" por el desbloqueo de los convenidos colectivos, por lo que adelantó que, si finalmente se cierra el preacuerdo entre CCOO, UGT, CEOE y Cepyme, "razonablemente podemos pensar que inmediatamente deberíamos iniciar el diálogo social tripartito".

En todo caso, el ministro quiso dejar claro que una vez se recupere el diálogo social tripartito "hay que empezar a hablar de una manera sostenida y permanente en el tiempo", no sobre "una medida o dos".

"Hay que hablar de líneas, de cosas que habrá que ir afrontando porque nuestra economía está en cambio y habrá que hacer reformas", comentó el titular de Trabajo.

Sobre la reforma laboral, Corbacho quiso dejar claro que de la crisis no se sale con un despido más barato, y apuntó que prefiere hablar de "adaptación" del mercado de trabajo en la medida en que la situación económica está cambiando.

Por otra parte, el ministró habló sobre la posibilidad de implantar en España el modelo alemán para compatibilizar una reducción de la jornada laboral con el cobro de parte de la prestación por desempleo.

El responsable de Trabajo afirmó que parece que hay consenso para que se pueda aplicar este tipo de medidas para afrontar la situación económica y evitar un mayor incremento del desempleo.

En Alemania, apuntó Corbacho, una empresas cuando tiene que bajar su producción puede ajustar horarios de plantilla, una situación en la que en estos momentos hay 1,5 millones de personas.

Se trata, agregó, de cobrar las horas que está trabajando y ser compensado con el paro por las horas que no trabaja. Además, permite que las horas que no se trabajen se puedan dedicar a formación.

Cuando se alcance el acuerdo sobre los convenios colectivos, ésta podría ser la "primera medida en la que buscar un consenso" en el diálogo social tripartito "para que, cuanto antes mejor, los ajustes en la economía española no se hagan sólo sobre plantilla".

En este sentido, apuntó que en España en una situación de crisis las empresas ajustan plantillas, mientras que en otros países, "el despido es la última opción, que no quiere decir que no se ejecute, porque antes tiene una serie de instrumentos para superar esos baches".