Por esto, Acción contra el Hambre apostó por la seguridad como prioridad en las organizaciones humanitarias que trabajan en países en desarrollo.

"El espacio humanitario (el territorio en el que las organizaciones humanitarias pueden ayudar a las víctimas de crisis y conflictos) se está reduciendo de forma alarmante en muchos lugares del mundo, en gran medida debido a la violencia y a las trabas políticas”, aseguró la ONG.

“Los cooperantes se están convirtiendo en el blanco directo de los grupos armados, dificultando enormemente el acceso a las víctimas en las condiciones mínimas de seguridad para los equipos sobre el terreno”, agregó.

Además, a la amenaza de de la inestabilidad política, se suman ahora, ataques directos, secuestros o extorsiones, por grupos terroristas o milicias en regiones como el Sahel, el Cuerno de África u Oriente Medio.

“Somos las propias organizaciones, en primera instancia, las responsables de nuestra seguridad y esto debemos hacerlo de una forma profesional que, en la ecuación del riesgo amenaza por vulnerabilidad nos permita disminuir nuestra exposición al peligro”, explicó el reponsable de seguridad de Acción contra el Hambre, Gonzalo de Palacios.