Los hechos ocurrieron el pasado 17 de octubre en Kivu Norte, al este del país y región en permanente conflicto desde hace más de una década.

MSF aseguró que las fuerzas gubernamentales "abrieron fuego indiscriminadamente" contra siete centros de vacunación, lo que fue un "claro e inaceptable abuso de la ayuda humanitaria para fines militares".

El ataque militar llegó, según MSF, cuando los equipos de esta ONG estaban vacunando a miles de niños en siete lugares distintos del área de Ngomashi y Kimua, zonas entonces controladas por el grupo rebelde Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR).

La vacunación formaba parte de una campaña masiva que se estaba llevando a cabo en el distrito de Masisi y que servía para dar apoyo al Ministerio de Salud en respuesta a una epidemia de sarampión.

Todas las partes enfrentadas se habían comprometido previamente para que MSF pudiera vacunar con garantías de seguridad en esos lugares y en esa fecha.

Sin embargo, el ejército nacional congolés lanzó ataques contra los siete centros de vacunación que se habían instalado. Debido a la intensidad del ataque, las personas que habían acudido para vacunar a sus hijos huyeron en desbandada y se encuentran ahora en paradero desconocido y sin poder ser vacunados.

En consecuencia, MSF ha tenido que suspender temporalmente sus actividades en la zona y evacuar a su personal a Goma, la capital de Kivu Norte.