El portavoz socialista recordó que en el mes de julio ya no se siguieron programas ni se realizaron talleres en estos centros. Además, añadió que dejaron “de darse algunos de los servicios más demandados por las personas que acuden allí, como son peluquería y podología”. “Si julio fue un mes malo en Madrid, agosto está siendo un mes negro para nuestros mayores”, manifestó.

Según argumentó, esta circunstancia “es una consecuencia más de los recortes que el Gobierno municipal está aplicando a los más desfavorecidos, a los más débiles”. Además, alertó de que “ahora el Ayuntamiento tiene una penosa situación económica, porque antes han gastado disparatadamente”. “Han hecho una pésima gestión que merece la repulsa social”, insistió.

Por eso, como portavoz del grupo municipal socialista, exigió que todos los centros de mayores permanezcan abiertos en verano, cumpliendo los horarios establecidos para esta época de año y sin prescindir de ninguno de los servicios que durante el año ofrecen.

“El Gobierno municipal tiene que tener en cuenta a las personas mayores”, reivindicó Lissavetzky, quién comentó que en Madrid hay 616.000 personas que tienen más de 65 años, más de 189.000 que son mayores de 80 y 280.000 que viven solos.