Según declaró este miércoles a Servimedia la coordinadora del Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría, Marta Díaz, dar de mamar al recién nacido conlleva una serie de beneficios demostrados, tanto para el bebé como para la salud de la madre.

En el niño se observan ventajas inmediatas durante el período de lactancia, ya que recibe factores de defensa, le previene frente a infecciones, le facilita la digestión y además le aporta todos los nutrientes que necesita. Asimismo, a largo plazo la leche materna previene el riesgo de muchas enfermedades, como el cáncer, la diabetes, la obesidad, la celiaquía e incluso enfermedades alérgicas.

Por su parte, la salud de la madre se ve beneficiada, puesto que dar de amamantar a su hijo disminuye la probabilidad de desarrollar un cáncer de mama o de ovarios.

DOS ETAPAS

“El período de lactancia se divide en dos etapas, la primera de las cuales se prolonga hasta los seis meses de vida del bebé. En este período lo óptimo sería que el niño recibiera únicamente la leche materna como alimento, ya que cubre todas sus necesidades alimenticias; la segunda etapa se desarrolla a partir de los seis meses de vida del bebé, y en ella se recomienda que las madres alternen la leche materna con alimentos complementarios para que el recién nacido reciba todos los nutrientes que necesita. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que esta segunda etapa se prolongue hasta los dos años de vida del niño, aunque generalmente es una decisión de la pareja (madre e hijo)”, explicó la doctora.

Hasta el día 7 de agosto se celebra en más de 70 países la Semana Mundial de la Lactancia, destinada a fomentar la lactancia materna, o natural, y a mejorar la salud de los bebés de todo el mundo.

“Desde que se inició esta semana mundial en 1992, el porcentaje de madres que se inician en el período de lactancia ha aumentado. En España las cifras se sitúan en un 80%, mientras que el 30% de ellas continúan con el período después de los seis primeros meses”, concluyó la doctora Díaz.