Según informó hoy la Jefatura Superior de Policía de Madrid, la progenitora, que se encontraba en Colombia, recibió varias llamadas procedentes de un número español en la que los supuestos captores fingían torturar a su hijo y le exigían el pago de esa cantidad para dejarle en libertad.

Al parecer, un ciudadano colombiano contactó con la Policía Nacional para comunicar que un familiar de su mujer (presuntamente el hijo que fingió el rapto) había sido víctima de un secuestro por parte de un grupo de compatriotas.

Además, puso en conocimiento de los investigadores que la madre de la supuesta víctima, que se encontraba en Colombia, había recibido dos llamadas desde España en las que le exigían el pago de un rescate por la liberación de su hijo al tiempo que torturaban a su hijo.

De esta manera, el Grupo Especial Antisecuestros de Colombia (Gaula) coordinó con los agentes españoles las investigaciones a través de los órganos de cooperación internacional.

Las pesquisas llevaron a los especialistas de la Policía Nacional hasta un locutorio madrileño desde donde se habían realizado las llamadas telefónicas. Una nueva comunicación por parte de los supuestos captores les condujo a otro establecimiento de llamadas telefónicas situado en la misma calle.

Minutos más tarde localizaron en las inmediaciones a un grupo de jóvenes, de los que uno tenía un gran parecido físico con la supuesta víctima del rapto. Tras identificarles comprobaron que, efectivamente, se trataba del “secuestrado”, y fue detenido por simulación de delito.