Ese porcentaje supone que la CNMV haya remitido ya a unas 310 empresas de todo el país un requerimiento para que, urgentemente, aporten toda la documentación de su balance, con el fín de evitar las sanciones a las que da lugar el incumplimiento de la Ley del Mercado de Valores, incluida la suspensión.

No obstante, las mismas fuentes señalaron que a respuesta del primer requerimiento, en unas 70 empresas han respondido a las exigencias de la CNMV con la nformación que se les exigía, por lo que serían unas 240 las que aún mantienen una situación irregular con los responsables del control de los mercados de valores.

Entre los aspectos que la propia Comisión reconoce como causa de los retrasos figura el desajuste de fechas entre las celebraciones de las juntas para corroborar los balances y el cierre del plazo oficial, aunque reconocen que las empresas a las que puede haberles ocurrido algo así son las primeras en corregir su situación a la llegada del rimer requerimiento de la autoridad bursátil.

Actualmente cotizan en bolsa unas 1.250 empresas distribuidas en ochos grandes grupos (automóvil, autopistas, alimentación, química-papel-textil, electricidad y gas, construcción y cemento, siderometalúrgicas y varios e inmobiliarias).

El conjunto de las grandes empresas cotizadas arroja una caída en los beneficios del 23 por cien durante 1992, debido al descenso de los márgenes de negocio, el estancamiento de las ventas y los aumentos de gastos para educir plantillas y hacer frente a los elevados precios de los créditos.

Como consecuencia de estos datos, los beneficios de las grandes que cotizan en bolsa ascendieron a unos 550.000 millones antes de impuestos, frente a los 700.000 que obtuvieron en 1991, siendo las firmas industriales las más afectadas por la recesión, frente a la tendencia del sector servicios a mantener los balances.

En la industria, los sectores con mayor competencia exterior como las químicas, textil, construcción, metalalimentación son las que mayores descensos de resultados mostraron en sus balances frente a la tendencia de sociedades de servicios como autopistas, granmdes superficies y eléctricas registraron mejoras de resultados al igual que en 1990 y 1991.

El empleo se muestra como el principal pagano de la crisis, al haber descendido en todos los sectores excepto en automoción, donde las empresas han optado por regular las plantillas, extremo que podría perder toda su eficacia por la contínua caída de ventas qe viene registrando el sector en los primeros meses de 1992, en torno al 45,5 por cien respecto a enero-febrero de 1991.

La mayor destrucción de empleo fue la acusada por industrias como la alimentación, químicas y construcción, las mismas que, junto al sector inmobiliario, más dificultades encontraron para buscar créditos en el mercado con los que financiar su actividad, al ser los que mayores gastos financieros tuvieron que afrontar.

Por su parte, las eléctricas volvieron a actuar como motor dela actividad bursátil a falta de un sector de la construcción y del automóvil que las ayudaran, lo que se vió finalmente reflejado en sus resultados, con crecimiento neto respecto al año anterior en los principales grupos, aunque sólo lograron elevar su beneficio Endesa y Fenosa, mientras que Iberdrola y Sevillana los redujeron.