Los organizadores del encuentro señalaron este jueves que el perfil del paciente analizado es el de una persona de 71 años de media, con una enfermedad crónica y que toma más de siete medicamentos al mes (aunque a partir de cinco fármacos ya se habla de polimedicado).

Según explicó la doctora Ana Ballesteros, autora principal del trabajo, el paciente se acostumbra a rellenar el pastillero una vez a la semana y a llevarlo consigo siempre que sale de viaje.

El objetivo del estudio fue describir el perfil del paciente polimedicado y analizar los cambios de consumo y el nivel de salud tras la utilización del pastillero.

Participaron en él un total de 85 pacientes de entre 60 y 80 años polimedicados e incumplidores, con tratamiento para la tensión arterial, la diabetes, la dislipemia, el dolor crónico, la depresión o la ansiedad.

Del trabajo se concluye que entre los motivos de incumplimiento del tratamiento médico figuran tener que tomar muchos medicamentos en el mismo día y a distintas horas para múltiples enfermedades, tomar fármacos desde hace años sin ver resultados satisfactorios y creer que uno ya está curado.

A juicio de sus autores, el uso de un pastillero resulta recomendable para pacientes que consumen varios medicamentos al día y que en cada ocasión toman más de un fármaco, para que eviten olvidar sus pautas de tratamiento y para enfermos que viven solos o matrimonios en los que ambos toman medicación, para que no confundan los tratamientos, y más actualmente que no se cumple con la isoapariencia (cambio de caja, color, etc.).

Es también útil, en opinión de la semFYC, en pacientes dependientes o encamados con varios cuidadores, para evitar dobles consumos o la no toma del tratamiento.