Los cambios pasarían, según su propuesta, por tres ámbitos: una reforma electoral, una competencial y una de financiación, que deben “abordarse juntas”.

Sobre la primera, señaló que una elección indirecta es una “anomalía” y abogó por “poner las cartas sobre la mesa” y que “no se escondan los candidatos” a presidir la diputación.

Para Baltar, debería poder votarse a los candidatos a diputado provincial en los comicios locales, para hacer unas instituciones “más cercanas al ciudadano”. “Las diputaciones son las grandes ausentes de las campañas”, expuso.

En el segundo aspecto reclamó una “lista cerrada de competencias” para todas las administraciones públicas, así como que existan funciones propias de las provincias, entre las que aludió al ciclo hidráulico, el transporte escolar, la recogida de residuos o los servicios sociales.

A este respecto, aseguró que la reforma del marco competencial debe hacerse “con el máximo consenso posible” y a través de conversaciones para determinar exactamente qué competencias corresponden a cada administración.

Por último, en el ámbito económico, Baltar defendió unas diputaciones con un “rol más potente y más músculo financiero”. “Una administración, una competencia, una financiación”, resumió, al tiempo que instó a evitar duplicidades y solapamientos.

PARTICIPACIÓN EN LOS IMPUESTOS

Para este cometido, el político ourensano reivindicó que las diputaciones “deben participar en los tributos de su comunidad autónoma”, una propuesta sobre la que expuso que “no estoy inventando nada, sino recordando el artículo 142 de la Constitución”.

En una encendida defensa de las diputaciones provinciales, el también líder del PP de Ourense señaló que “está pendiente una segunda descentralización” en España, en la que “el gobierno y la administración provincial son necesarios y deben potenciarse”.

“Existe en la UE una tendencia a reforzar el papel de los gobiernos intermedios”, argumentó, aprovechando para hacer extensiva la necesidad de “reinvención” de las diputaciones “al resto de instituciones”, habida cuenta de la situación actual de crisis.

Además, recordó que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, fue presidente de una diputación (la de Pontevedra).

“UN PERDEDOR NO PUEDE GOBERNAR”

Siguiendo con la línea propositiva, José Manuel Baltar incidió en la necesidad de recuperar la credibilidad de la acción política a través de una modificación de la Ley Electoral vigente.

Así, sugirió una mayor participación ciudadana en la elaboración de los programas electorales, y que sea elegido alcalde de un municipio la persona que más votos reciba. “Un perdedor no puede gobernar”, proclamó, y reivindicó conocer de antemano si los partidos que se presentan están dispuestos a pactar con otras formaciones a posteriori.

“Antes de votar quiero saber las propuestas irrenunciables y si un partido tiene tendencia al pacto”, apuntó, al tiempo que reclamó conocer a priori la estructura del gobierno que formará el ganador de los comicios, para “trabajar desde el primer día”.