En su informe sobre el Plan Nacional de Reformas de España, la institución europea señala que los precios de la vivienda siguen cayendo en el país, pero advierte de que es necesario “una mayor reducción” en los mismos.

La Comisión apunta que la explosión de la burbuja inmobiliaria reveló un “importante exceso de oferta” de nuevas viviendas, lo que llevó a la acumulación de un “elevado stock de inmuebles sin vender”.

Esta situación “sigue presionando a la baja los precios de las viviendas”, lo que podría tener efectos adversos en el consumo privado y la estabilidad financiera.

La Comisión apunta también que España tiene un elevado ratio de viviendas en propiedad que fue impulsado por las deducciones fiscales a la compra.

A pesar de la reducción de estas ayudas, Bruselas considera que la tendencia a favorecer la compra sobre el alquiler “se mantiene”, lo que “ha impulsado la deuda de los hogares y ha alimentado la burbuja inmobiliaria”.