Según informó la Policía, el arrestado, de 48 años, usaba un discurso esotérico para ganarse la confianza de sus víctimas. Además, tras utilizar algún tipo de sustancia, anulaba la voluntad de las mujeres y conseguía de una forma inexplicable que le invitaran al domicilio, donde consumaba los abusos.

Hasta el momento se atribuye al detenido –afectado por acondroplasia o enanismo- un hecho delictivo, aunque en varios foros de Internet se alertaba de las actividades delictivas de un individuo con un modus operandi similar. Esto podría aumentar el número de víctimas que no habrían presentado denuncia por el sentimiento de vergüenza o la sensación de irrealidad de los hechos.

El arresto de este individuo se ha producido después de que la pasada semana una joven se personó en las dependencias del Servicio de Atención a la Mujer y denunciara un abuso sexual sufrido el día antes. Inicialmente, la víctima era consciente de que su relato pudiera resultar incomprensible y tenía temor que pudiera parecer una persona trastornada.

La denunciante relató a los agentes que, mientras se encontraba por el centro de la capital, se le acercó un varón con síndrome de acondroplasia o enanismo y empezó a hablar con él. Debido al aspecto frágil y desvalido de este individuo, y el hecho de encontrarse en una zona pública y muy transitada, hizo que la joven no desconfiara y comenzaron a conversar.

EXTRAÑA SUSTANCIA

Tras varios minutos, en los que el arrestado utilizaba un discurso esotérico y simulaba ser un chamán o curandero, la joven empezó a hojear un periódico que le entrego ese individuo.

Al ir por la tercera página empezó a sentir una tranquilidad desmesurada, encontrándose muy relajada y algo inestable. Era tal la pérdida de percepción de realidad que sufría que, sin oposición y de una forma que no lograba entender, le facilitó su teléfono y dirección. Incluso le explicó cómo llegar a su vivienda.

Una vez en el domicilio, únicamente recuerda que tomaron algo en el salón y que el individuo le obligó a beber del mismo vaso. Cada vez se sentía más relajada, lo que aprovechó el arrestado para, presuntamente, abusar de ella.

Los agentes iniciaron la investigación y descubrieron que, en varios foros de Internet, se avisaba de la existencia de una persona de baja estatura que intentaba abusar sexualmente de chicas. Para ello, simulaba ser un falso chamán. Tras rápidas gestiones fue localizado y detenido en las inmediaciones de su domicilio. Los agentes sospechan que el arrestado hacía uso de algún tipo de sustancia que era inhalada por la víctima. Así anulaba su voluntad y cumplía sus propósitos.

Del análisis de la información obtenida, los agentes creen que puede haber más víctimas. Debido a que su zona de actuación era el centro de la capital, pudiera tratarse de turistas o población itinerante que no denuncian los hechos. Pero, especialmente el sentimiento de vergüenza que tenían las víctimas y la sensación de irrealidad de los hechos, llevaban a pensar a las mujeres que no iban a ser creídas y a no presentar denuncia.