Según Marie Struthers, directora de AI para Europa Oriental y Asia Central, esta decisión supone “un ataque evidente contra la libertad de expresión y de asociación” en Rusia.

A su juicio, las autoridades del país utilizan la Ley de Agentes Extranjeros –en virtud de la cual se ha ordenado el cierre de esta organización—“para llevar a cabo un ataque organizado contra la memoria de la represión durante el régimen comunista".

“Es un insulto a las millones de víctimas del gulag en Rusia”, y una prueba de cómo las autoridades utilizan la Ley de Agentes Extranjeros “para perseguir a las ONG y a los medios de comunicación críticos”, valoró.

Memorial es una de las organizaciones de la sociedad civil más respetadas de Rusia, que desde 1989 trabaja sin descanso para documentar los crímenes y la represión cometidos durante los mandatos de Stalin y sus sucesores al frente del Kremlin hasta la caída de la Unión Soviética.