Esta es una de las principales conclusiones de la 17ª edición del Índice de Paz Global, un trabajo elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz, cuyos datos se dieron a conocer este miércoles.

A nivel global, el nivel promedio de paz en los países ha empeorado por noveno año consecutivo -un 0,42% respecto a 2022-, como consecuencia de la aceleración de los conflictos regionales, los disturbios civiles y la inestabilidad política.

Del mismo modo, el nivel de paz mundial se ha deteriorado un 5% desde 2008 y hasta 95 países han empeorado sus puntuaciones en el último año; mientras que el nivel medio de paz mundial ha empeorado en 13 de los últimos 15 años, sin que se hayan registrado mejoras interanuales desde 2014.

Islandia se mantiene como el país más pacífico del mundo, una posición que ocupa desde 2008, seguida de Dinamarca, Irlanda, Nueva Zelanda y Austria. Por sexto año consecutivo, Afganistán es la nación menos pacífica, por delante de Yemen, Siria, Sudán del Sur y la República Democrática del Congo. Paradójicamente, debido a las dinámicas cambiantes de los conflictos, Afganistán y Siria han registrado mejoras en sus niveles de paz.

España se sigue alejando del grupo de países más pacíficos, tanto en Europa como en el resto del mundo. En esa ocasión, el país aparece como el decimocuarto menos pacífico del Viejo Continente, de un total de 36; en cuanto a los más pacíficos del mundo, se sitúa en el puesto 31 del ‘ranking’, una caída de dos puestos en la clasificación.

Europa sigue siendo la región más pacífica del mundo y alberga a siete de los diez países más pacíficos; sin embargo, este continente empeora su nivel de paz y registra el segundo mayor empeoramiento de una región tras la que agrupa a Rusia y las naciones euroasiáticas. Además, de los 36 países europeos, 13 registraron mejoras y 23 empeoramientos.

Un año más, el cambio en la distribución mundial de los conflictos persiste. Mientras que los principales conflictos en Oriente Medio, norte de África y Asia Meridional se han apaciguado, los de África subsahariana, Europa y Asia-Pacífico se han intensificado. La región de Rusia y Eurasia ha registrado el mayor deterioro de la paz del mundo.

MUERTES EN CONFLICTOS

Por su parte, 79 países han empeorado en lo concerniente a los conflictos en curso y éstos se han internacionalizado, como lo evidencia que 91 estados están implicados en algún tipo de guerra exterior, frente a las 58 de 2008; mientras que las muertes relacionadas con éstos (alrededor de 238.000) han crecido un 96% en comparación con 2021, el nivel más alto de este siglo.

El fundador y presidente ejecutivo del Instituto para la Economía y la Paz, Steve Killelea, arguyó que “la mayoría de los países están reduciendo su dependencia de las fuerzas armadas”, mientras que “un número cada vez mayor de conflictos se está internacionalizando”, lo que ha llevado a que “el número de muertes en conflictos es el más alto desde el genocidio de Ruanda, que causó más de 800.000 muertos y desencadenó una oleada de acción mundial”.

El conflicto en Etiopía fue el que más vidas se cobró en 2022, con nuevos datos que indican que las muertes en el campo de batalla superaron las 100.000; mientras que los fallecimientos relacionados con enfermedades y hambruna se situaron, de forma conservadora, en más de 200.000.

De hecho, los nuevos datos muestran un mayor número de muertes por conflicto en Etiopía que en Ucrania, superando el anterior máximo mundial durante la guerra de Siria.

Esta guerra se encuentra opacada como consecuencia de las restricciones impuestas a los medios de comunicación nacionales y a los cortes de Internet; a lo que se añade la interrupción de los envíos de alimentos por parte de las ONG de EEUU y la ONU, debido a la corrupción en las cadenas de suministro de alimentos.

En África subsahariana, Mali registró el mayor deterioro en los niveles de paz, con un incremento del 154% de las muertes relacionadas con el conflicto y otro del 570% en el caso de la violencia ejercida contra civiles. Eswatini experimentó el segundo mayor descenso de la paz en la región.

UCRANIA

La puntuación global de Ucrania ha registrado una caída del 13%, el mayor deterioro recogido en el Índice, y ahora ocupa el puesto 157 en éste. Por el contrario, Libia ha experimentado la mayor mejora (un 7%) y un ascenso de 14 puestos, hasta el 137.

La invasión rusa de Ucrania ha provocado que el número total de ucranianos refugiados o desplazados pase del 1,7% antes del conflicto a más del 30% actualmente, una cifra que probablemente siga aumentando, según el estudio.

Hasta el 65% de los hombres ucranianos con edades comprendidas entre 20 y 24 años han huido del país o han muerto en el conflicto, que, de acuerdo con lo recogido en el informe, ha provocado 83.000 muertes.

En el caso de Rusia, se ha producido una mejora de distintos factores internos, como la tasa de encarcelamiento, el descenso de las manifestaciones violentas y el impacto del terrorismo. La tasa de homicidios en el país se encuentra actualmente en su nivel más bajo desde la creación del Índice de Paz Global en 2008. De hecho, el informe subraya que, de no ser por la invasión de Ucrania, Rusia habría sido uno de los países que más hubiera mejorado su situación de paz.

En cuanto a la migración forzada, el número mundial de refugiados y desplazados internos sigue creciendo, como lo ilustra que a día de hoy haya 15 países con más del 5% de su población desplazada.

IMPACTO ECONÓMICO

A pesar de que China no está implicada directamente en ningún conflicto exterior en la actualidad, se ha vuelto más asertiva en el mar de China Meridional y ha intensificado operaciones aéreas cerca de Taiwán.

El trabajo pone de manifiesto que, si se materializara un bloqueo chino de la isla, se produciría una caída de la producción económica mundial de 2,7 billones de dólares o del 3% del PIB mundial, sólo en el primer año. Casi el 60% de esta pérdida se produciría en China y Taiwán, calculándose que la economía china se contraería un 7% y la taiwanesa casi un 50%. Cabe destacar que los cinco mayores socios comerciales de China son democracias consolidadas y militarmente alineadas: EEUU, Japón, Corea del Sur, Alemania y Australia.

Aunque los conflictos aumentan, cada vez más países destinan el gasto militar a otras prioridades, como la sanidad, la educación, las infraestructuras y la recuperación de la pandemia; no obstante, el gasto militar total creció un 17% desde 2008 (92 países han incrementado su partida presupuestaria en este ámbito), correspondiendo los mayores incrementos a China (180.000 millones de dólares), EEUU (70.000 millones) e India (40.000 millones).

El impacto de la violencia en la economía mundial aumentó un billón de dólares, hasta alcanzar la cifra récord de 17,5 billones, el equivalente al 13% del PIB mundial (2.200 dólares por persona) y al 64% del PIB de Ucrania, como consecuencia del gasto militar derivado de la invasión rusa de este país. La disparidad del impacto económico de la violencia es notable, ya que mientras que los diez países más afectados registraron una media del 34% del PIB, frente a sólo el 3% de los diez menos afectados.

“Tras las guerras de Afganistán, Irak y Siria, y ahora la de Ucrania, es obvio que los ejércitos más poderosos no pueden imponerse a una población local bien dotada de recursos”, apuntó Steve Killelea, que también reseñó que “la guerra se ha convertido, en la mayoría de los casos, en algo imposible de ganar y en una carga económica cada vez más pesada”.

Por último, el trabajo también atestigua que los drones se utilizan cada vez más en conflictos, como los de Ucrania, Etiopía y Myanmar. Prueba de ello es que el número de ataques creció un 41% en 2022 y el de grupos que los utilizan lo hizo un 24%.