Por su parte, la producción de cemento registró una caída del 24,5% entre enero y marzo, hasta situarse en 4,2 millones de toneladas. Desde la organización indicaron que estos datos “reflejan que el sector ha entrado en una segunda recesión, que puede ser peor que la anterior, con unas tasas de caída sin precedentes”.

En este sentido, indicaron que “el consumo de cemento per cápita retrocede a niveles de 1966 debido a la casi total paralización de la edificación y la obra pública”, que se verá “todavía más mermada” de aplicarse los recortes previstos en los Presupuestos Generales del Estado.

Por otro lado, desde la patronal explicaron que las últimas medidas adoptadas por el Gobierno en relación al sistema eléctrico “crean una gran incertidumbre”, ya que afectan a la competitividad de la industria cementera española, su capacidad exportadora y al mantenimiento de empleo estable en el sector.

A pesar de la prolongada crisis, la industria cementera ha conseguido mantener en España casi 6.000 empleos directos y unos 20.000 indirectos, defendieron desde Oficemen, para alertar de que su “continuidad está amenazada”.

El presidente de la patronal, Juan Béjar, subrayó que “esperamos que el nuevo modelo energético incluya una optimización del sistema que elimine de los costes regulados y permita un nuevo mercado donde las empresas puedan obtener a largo plazo precios de la electricidad previsibles y competitivos”.