La campaña se realizó del 6 al 12 de diciembre y en ella colaboraron policías locales y autonómicas, con lo que hubo controles de alcohol y drogas tanto en ciudades como en carreteras. La DGT dio a conocer este viernes los datos sólo de la Guardia Civil.

Durante la campaña, los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil pararon a 153.276 conductores para que realizaran la prueba de alcohol y/o drogas. Un total de 3.175 dieron positivo y a 246 se les ha instruido diligencias judiciales por delitos contra la seguridad vial.

Respecto al alcohol, hubo 148.299 pruebas y 1.731 conductores dieron positivo (1.467 en controles preventivos, 91 tras haber cometido una infracción, 155 por estar implicado en un accidente y 18 por presentar síntomas evidentes de ebriedad).

De esos 1.731 conductores con más alcohol de lo permitido, a 224 se les ha instruido diligencias para su posterior traslado a la autoridad judicial por superar la tasa de 0,60 mg/l en aire espirado. Además, contra otros11 se han abierto diligencias y han sido puestos a disposición judicial por negarse a realizar las pruebas de alcoholemia.

DROGAS

En lo referente a otras drogas, un total de 1.444 conductores dieron positivo de los 4.977 que se sometieron a los test indiciarios (1.262 en controles preventivos, 103 tras haber cometido una infracción y 79 por estar implicado en un accidente).

De esos 1.444 conductores, a 11 se les instruyó diligencias para su posterior traslado a la autoridad judicial, concretamente seis por conducir bajo la influencia de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, y cinco por negarse a realizar las pruebas.

Como es habitual, entre las drogas más consumidas están el cannabis (1.077 casos), la cocaína (469) y las anfetaminas (202).

Pese a que esta campaña ha finalizado, la DGT destacó que los agentes de Tráfico de la Guardia Civil continuarán realizando controles de alcohol y drogas a los conductores "a cualquier hora del día y en cualquier carretera" con el objetivo de disuadirlos de sentarse ante el volante.

“En breve comenzamos un periodo del año en el que las celebraciones familiares y de amigos invitan a un mayor consumo de estas sustancias que son incompatibles con la conducción”, indicó la DGT, que apeló a la responsabilidad de los ciudadanos en tres vertientes: no conducir si se ha ingerido estas sustancias, impedir que se ponga al volante la persona que ha consumido alcohol y otras drogas, y no subir al vehículo con alguien que haya bebido o consumido estas sustancias.

“Relativizar los efectos que todas las drogas tienen en la conducción solamente puede llevar en el mejor de los casos a un hospital, pero también al cementerio y a la cárcel”, aseveró la DGT.